miércoles, junio 29, 2011

HOY ¡Cómo me hacen falta los muertos!

¡Cómo me hacen falta los muertos! Sus memorias sus recuerdos, sus amores, sus nostalgias que de algún modo siguen siendo las mías. Me hace falta su relato y su enseñanza para reafirmar mi interior. ¿Cómo saborear el sedimento de su existencia que vive a través de mí? Ese sedimento que me forma y me determina por apropiación voluntaria. ¿Será verdad que la memoria de ellos llega, y se reaviva como el fuego, al trasmitir hacia mí los destellos de su vida que entran por los sentidos en mi vida presente, en el espacio compartido? Me gusta creer que es así. Me gusta y me angustia porque entonces, la ciudad que se transforma y se reinventa todos los días ignorando el valor de la memoria de los muertos, va minando también en los vivos su arraigo y su sentido de pertenencia. Vagamos por los restos de la ciudad fragmentada, algunos, deseando unir aunque sea con las lágrimas, los fragmentos que día a día se separan irremediablemente, pulidos ya los vértices que podrían unirse como un gran mosaico desarticulado. Perdido para siempre su significado y su coherencia de vida.

1 comentario:

Dorix dijo...

La misma ciudad está llena de memoria.

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