El corazón, delataba
y en medio del ruido cotidiano
ninguno lo escuchaba.
El corazón detenía su andar
rítmico, cotidiano.
y la cotidianidad de todo
lo cubría,
lo desdibujaba.
Corazón roto, partido, ignorado
¡Sal de tu escondite!
mézclate con el fuego que se mueve
en la ciudad, caótica,
Desesperanzadora.
¡Vive!
martes, septiembre 28, 2010
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