martes, junio 16, 2009

Noches para recordar



El fuego fue mi compañero toda la noche, comencé emocionado la aventura después de la cena imaginaria. Buscar la leña, y llevarla al lugar que he escogido, no sé bien porqué.

Los últimos rayos de sol se entretejen entre los árboles que comienzan a transformarse en sombras, muros flexibles que te protegen; el fuego comienza a apoderarse del escenario y a reinar en medio de la noche que se precipita una vez más. El instante eterno entre el día y la noche es una pausa interminable de silencio, de soledad, es un momento de introspección inigualable, y ese instante eterno se rompe de repente, para dar paso a la más emocionante sinfonía de habitantes nocturnos que le cantan a la noche siempre fresca, siempre nueva, siempre misteriosa; y el fuego, el fuego te embruja con su vaivén singular, y a medida que el tiempo pasa, eres capaz de distinguir el sonido breve y constante de la naturaleza que te envuelve y de la que eres parte, por fin lo sientes aunque la razón ya lo decía. La noche apenas comienza y trae consigo una incertidumbre de regalos que te esperan.
Sí yo pudiera, pasaría mas noches despierto, protegido en la intemperie del espacio infinito y acompañado por mí, desde el interior que empiezo a conocer.

2 comentarios:

Graciela dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Graciela dijo...

Que te puedo decir, yo te felicito por la valentía de buscar, por la audacia de probar lo diferente, por tu curiosidad innata que te lleva a conocer personas con las que, tal vez, pensaste que nunca tendrías nada en común, por tu profunda empatía, por tu compromiso. En fin, yo te felicito por ser tu en todos los momentos, en todas situaciones, con todas y todos, eufórico o deprimido, en estado de conciencia acrecentada.Yo te felicito.

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