Corazones derrotados
navegando sobre los restos del barco que se hunde,
la costa es visible
pero inalcanzable
la sangre mancha los tablones del recuerdo
como carne putrefacta que nadie comerá.
Dormir, deseando despertar
en la orilla redentora de tus brazos
y temer un despertar incierto y doloroso
huir para siempre
dejar atrás la última esperanza de salvación
y lanzarse al vacío desconocido,
de la profundidad de tu alma
que me he negado siempre a explorar.
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