México, país de oportunidades escasas y sueños que se rompen todos los días; piedra eterna del sacrificio perpetuo del que ve un paisaje hermoso y no puede disfrutarlo con plenitud, tierra fértil que se vuelve estéril esperando la llegada del buen labrador que no existe, o que si existe, está ocupado destruyendo el territorio que lo cobija, anhelando la tierra arrebatada desde tiempos ancestrales y que para recuperarla no hace otra cosa que llorar o arrojarse a los brazos de los asesinos sin estrategias de lucha, deseoso de vivir un presente codicioso que no llega, emulando las acciones de la victima incansable que todo lo soporta; oportunismo vació, complejidad de pensamiento amable y traicionero, culpable cínico, adulador hipócrita de las oportunidades envidiadas de los otros, uso del poder extremo y momentáneo del eterno humillado que busca humillar al que se deje a la menor oportunidad, triunfalismo efímero de quien acaricia el poder y se pierde en el exceso irracional al no ser capaz de controlarlo, amabilidad disfrazada de intención, de ventaja sobre el huésped, buscador de la tranquilidad eterna que no llega y envilece. Reprimido eterno, subyugado por el poder externo que envidia sin respuesta competitiva y busca siempre el puntapié discreto, el empujón imperceptible, que haga caer al objeto de la envidia sin ánimo de ocupar un lugar del que en realidad nunca ha estado interesado, por miedo, eterno cobarde que huye del compromiso y enfrenta por la fuerza violenta todo aquello que considera débil y que teme. Payaso de crucero que llora por las noches sin quitarse la máscara perpetua de risa falsa.
martes, septiembre 08, 2009
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario