Cada vez estoy más convencido de que no existen casualidades y de que siempre esta pasando algo, como he escrito en post anteriores, simplemente es estar alerta y dejarse llevar por los sentidos y las corazonadas. Esa fue mi ruta este fin de semana por la Ciudad de México.
Fue un fin de semana maravilloso en la ciudad más excitante del país, si, ni modo, la capital de México es alucinante, y nunca deja de sorprender; para empezar, es un milagro que funcione, y que funcione aceptablemente bien, es un hervidero de fragmentos interesantísimos, contrastes que me conmueven hasta las lágrimas, situaciones desesperantes de impotencia, y lecciones interminables de esperanza. Se respira historia y contemporaneidad en cada paso, hasta el punto de saturar mi cerebro de imágenes, ideas y reflexiones.
En fin, en este post quiero hablar de una muestra temporal en el ex-colegio de San Ildefonso, Justo Sierra 16 Centro Histórico; podría mencionar la alucinante exposición del brasileño Vik Muniz, pero será en otro momento, hoy quiero escribir sobre un mexicano que no conocía y se ha vuelto desde el sábado pasado uno de mis pintores favoritos, ayer se cumplieron 2 años de su muerte, y es la segunda vez que se hace esta retrospectiva en el país, la primera fue hace un año en Monterrey, su tierra adoptiva, ya que el nació en Coahuila, su obra transmite creo yo, el sentimiento de muchos mexicanos, que vivimos en una infancia social de la que no queremos salir, cargada de sentimientos contradictorios producto de la cultura juedeo-cristiana que circula por nuestras venas, lo queramos o no, contradicciones, culpas, y soledad, identificación tatuada con una madre "patria" que queremos y odiamos, de la que no podemos separarnos, el placer sexual siempre presente y siempre escondido si se sale de lo politicamente correcto, y lo publicamente aceptado, en fin es una obra que te envuelve, y que al entrar en las viejas galerías del centro de la educación criolla por excelencia, es como si entraras a tus pensamientos más escondidos, y al ver los cuadros, mas pareciera que vez un espejo que refleja tu interior, con colores que gritan la soledad, y exteriorizan la burla, la ironía y el juego, y que paradogimcamente como todo lo mexicano manifiestan la represión. Quizás por eso la obra que mas me impacto es el gran espejo con marco barroco en el que se refleja el espectador, y donde se puede entrever la imagen del autor como producto de un sueño, en el que nos encontramos a nosotros mismos, y esa angustia constante de reconocer lo que somos y no nos atrevemos a reconocer, el disfraz eterno, a manera de coraza de guerrero anónimo, y de comparsa eterna de un carnaval de angustía profunda y risa vacía.
La exposición “Pensando en ti”, es eso, el pensamiento del autor que al ser capaz de enfrentarse con su interior y exponerlo, es como si pensara en todos los que alguna vez nos enfrentaríamos con nuestros miedos a través de su obra, pero sin que le importara mucho en realidad, ese es el resultado secundario que nos une a través de los sentimientos, y que no depende de nuestra voluntad. Técnicamente nunca renegó del clásico óleo sobre tela, en una época en la que todos los artistas de vanguardia querían experimentar con los materiales y diferenciarse de los demás, Julio Galán optó por pintar y vivir con intensidad su vida, dejando para los expertos la clasificación de su obra.
2 comentarios:
hola guapo,
en efecto, nadie ve las piernas en la oficina, escondidas bajo el escritorio.
pero me encanta que hables de julio galan. lo decsubri, como tu, pero en puebla, donde tambien pusieron la restrospectiva, super completa, y en la casona colonial del museo amparo, con el aire de provincia, me impacto muchisimo. saludos
interesante!
abrazos...
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