miércoles, enero 25, 2006

John Galliano para Dior 2006

John Galliano inauguró ayer la Semana de la Alta Costura de París, que avanza la moda primavera-verano 2006, con una recreación de la Revolución Francesa. La puesta en escena de la colección que el modisto presentó para Dior era una clara referencia a todas las cabezas aristocráticas que cortó la guillotina. Todo estaba iluminado en rojo sangre, incluso alguna modelo llevaba en la cabeza un velo rojo o negro, para aumentar la sensación de muerte. También había prendas que lucían impreso el lema de la República Francesa -Libertad, igualdad, fraternidad- y otras que llevaban bordada la efigie de Napoleón.


Una vez más John Galliano presenta su excéntrica visión del mundo de la moda, pero aunque no dudo de la calidad de sus diseños, materiales y el trabajo que implica cada uno de sus vestidos, el espectáculo que ofrece en el mejor de los casos me pareció terrorífico, visión muy particular del S. XVIII. Sangre y muerte, un estado de animo poco alentador, para la temporada estival de este 2006, aunque los periodicos especializados lo califican como la 'evocación de los recuerdos de grandeza'.'Todo el espíritu del siglo XVIII estaba ahí', comentaban dos periodistas de Le Figaro al dejar el club de Polo, cuyo acceso parecía invadido por limusinas de lujo, servicios de seguridad, chóferes y grandes y pequeños vehículos, en ese punto remoto del bosque de Bolonia, muy lejos del centro de París.
Acababan de contemplar etéreos y/o enormes volúmenes dominados por el rojo -dossier de prensa incluido- portados sobre mujeres rubias platino maquilladas con considerables ojeras marrones. El rojo era sangre de toro o rojo sangre, simplemente, en inmensas capas cuyo cuello ocultaba gran parte del rostro, en manchas carmesí estampadas sobre retazos transparentes asimétricos o sobre los bajos sorprendentes de un conjunto.Hubo también cuero marrón y negro en abundancia, a menudo para pantalones que forraban sólo los muslos, hasta las caderas, enlazados en los laterales, sobre botas hasta las rodillas del mismo cuero, combinado con transparencias y drapeados de muselina, volátiles tules, macizos linos rojos, fieltros negros bordados o tafetán. Al igual que la inspiración original y el resultado estético, la mezcla de texturas era exhuberante.

Todo para una 'nueva María Antonieta' que con Galliano no tendrá nada que temer a la guillotina, pues sus voluminosos vestidos de lujo ensalzarán bellamente bordado el lema de la Revolución francesa: 'Liberté, Egalité, Fraternité', a veces junto a un retrato de Napoleón ¿con una corona? En cualquier caso, según los expertos en Galliano, el contenido del bordado guardaba estrecha relación con la historia contada por el desfile, como la gran capa negra de gigantesco y misterioso cuello terminada en dos hileras de calaveras bordadas, o el tatuaje con la cifra 1789, año en que comenzó la Revolución Francesa, que lucía en el cuello una modelo.

Pues después de ver los modelos si aún tienen algo de hambre y - ¿No tienen pan? Pues coman pasteles.

4 comentarios:

Marco dijo...

Eso está para revista de Fangoria... que meyo!

hugo dijo...

aunque el espectaculo seguro estuvo maravilloso y super sofisticado, es dificil pensar que alguien de la vida real se vestiria asi para ir a una cena!

(bois de boulogne es el chapultepec de paris, ni tan lejos!)

santino dijo...

Vous avez raison!

MEMOIRS DE UNA PINCHE TRASHY dijo...

No sabía que te latía el fashion amigo jeje.

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