Espectáculos efímeros

Aquí y en medio mundo ocurre algo importante y es que cada vez albergamos menos ideas fuertes, tenemos menos vida íntima, nos llama cada vez menos la ronda familiar o la comunitaria directa, nos pasamos el día en la calle entre el trabajo, los transportes públicos y privados, la diversión o el ocio con El código Da Vinci, ¡si hasta los restaurantes se han vuelto espectáculo social!, y en casa se nos van las horas frente al televisor que nos globaliza y uniformiza, ¿a quién le puede importar demasiado el discreto y triste entierro de su primo fulanito de tal, del que nadie se entera, si puede gozar a lo grande y en multitud con el óbito y sus festejos de la y los Jurado de turno? Y la derecha que combate la clonación..., y minimiza la vida sexual del padre Maciel, y todas las informaciones que oímos en los medios y que nos duran en la memoria, 3 minutos, tres días o tres meses dependiendo de lo jugoso o morboso de la noticia. Todo es noticia y nada es importante, nos precipitamos cada vez mas hasta un estado de indiferencia alarmante, donde, nos conmovemos por nada y todas las noticias por mas dramáticas que sean no perduran en nuestra mente lo suficiente para asimilarlas o reflexionar sobre ellas. En fin este párrafo se borrará de su mente en cuanto lo acabe de leer, ja.