jueves, agosto 02, 2012
Be no afeard, the isle is full of noises
El mensaje de la ceremonia inaugural tiene muchas lecturas, dependiendo de la información y la apertura con la que se reciba. Seguramente los organizadores y orquestadores del espectáculo pensaron muchas cosas, algunas son más claras y contundentes que otras, pero como en todas las manifestaciones de comunicación masiva, el mensaje es diferente de acuerdo al receptor y sus circunstancias.
Comienza la transmisión oficial con un vuelo lento desde el centro de la ciudad de Londres, un vuelo suave como un pájaro que contempla la invasión del espacio natural. El río Támesis, serpentea majestuoso, rompiendo la continuidad de edificaciones arquitectónicas e intervenciones urbanas, las mejores intervenciones urbanas, dicen los expertos. La lucha entre la naturaleza y la manifestación material del quehacer humano, es inquietante y absoluta, así, sin producción ex profeso, es una reiteración sin maquillaje de lo que contemplaremos en unos instantes, en la síntesis estética preparada por los organizadores para el número inicial.
Niños que sostienen globos blancos con los números de la cuenta regresiva van explotando. Una gran campana marca el inicio de la ceremonia, y comienza una recreación de un paisaje rural previo a la revolución industrial, la gente parece contenta de esa vida sencilla, elaborando toda suerte de trabajos físicos y jugando primitivas formas de los deportes mundialmente conocidos que nacieron en la Isla de las Maravillas, como lo titularon a este segmento. “Be no afeard, the isle is full of noises”…Comienza el espectáculo.
Be no afeard, the isle is full of noises,
Sounds and sweet airs, that give delight and hurt not.
Sometimes a thousand twangling instruments
Will hum about mine ears; and sometimes voices,
That, if I then had wak´d after long sleep,
Will make me sleep again:
And then, in dreaming,
The clouds methought would open, and show riches.
Ready to drop upon me; that, when I wak´d,
I cried to dream again.
No tengas miedo: la isla está llena de ruidos
Sonidos y aires dulces, que dan deleite y no dañan.
A veces mil instrumentos vibrantes
Zumbarán sobre mis oídos; y a veces voces,
Me harán dormir de nuevo: y entonces, en sueños,
Las nubes me parece que se abren, y muestran riquezas
Listas para caer sobre mí; que, cuando despierto,
Pido llorando soñar de nuevo.
Los niños, la juventud en general, la inclusión a las personas discapacitadas y la diversidad, fueron una constante a lo largo de toda la ceremonia. Desde un llamado urgente a no sacrificar lo ganado en los sistemas sociales frente a las circunstancias económicas, hasta la importancia de la fantasía y de los sueños, en el marco de los villanos de los cuentos ingleses que han permeado en la cultura occidental; el recuerdo simbólico de la fragilidad de la vida, y la trascendencia de la música producida en Gran Bretaña y proyectada al resto del mundo como parte importantísima de la banda sonora de gran parte de la sociedad urbana de los últimos 100 años, fueron también aspectos presentes en todo el espectáculo.
El mensaje global quizá, tuvo su síntesis en los primeros versos y es, desde mi punto de vista, que todo el progreso y la riquezas pertenecen al mundo de los sueños. Sueños que se diluyen ante la contundente realidad. La isla de las maravillas, transformo su entorno y el espacio natural del mundo por buscar el sueño de la riqueza material. La isla y sus habitantes están despertando, como estamos despertando muchos seres humanos, desde nuestras propias islas interiores y colectivas. En el fondo, quisieramos seguir soñando, soñando con las riquezas que se esfuman, con la carga histórica de un sistema capitalista, que desgastado, quiere dormir en la evasión de la responsabilidad.
Todos somos responsables de seguir el sueño que ellos soñaron, nosotros lo compartimos y compartimos también por consiguiente la responsabilidad, el hecho es, que aunque queramos dormirnos y seguir soñando, debemos despertar por completo, y aún llorando por el panorama que contemplamos, afrontar el miedo, son sólo ruidos.
Efectivamente estamos rodeados de ruidos, pero si ponemos atención los ruidos pueden volver a convertirse en sonidos y aires dulces, ese sonido proviene de nuestro interior, ese sonido nos dará deleite y no nos dañará, pero no debemos volver a dormirnos, disfrutemos el presente todos los días. Vivamos despiertos, con la lección aprendida…
Suscribirse a:
Entradas (Atom)