jueves, enero 29, 2004

Este es quizá el único poema que he realizado con la intención
de que alguien lo leyera, fué para mi abuela en su aniversario
número 90,

1 de Julio de 1999.

Cien mil pájaros cantando
han despertado tus sueños,
A veces los días de gozo
A veces los días de duelo.

Pero tu fuerza admirable
ha transformado personas,
ha consolado las almas,
ha trabajado por horas.

Y tus ojos son el cuadro
que las horas han pintado
y que reflejan tu vida,
que has sufrido y gozado.

Ojalá que llegue el día,
qn que al verme en un espejo
pueda ver algún destello
de tus ojos en los míos

Y comprenderé ese día
Si mi vida la he vivido.
O si ha sido tan solo un sueño.

martes, enero 20, 2004

I

Descubriendo anonadado los colores de la noche,
encuentro que no te temo,
que disfruto del silencio,
de la obscuridad, del vacío.

Podré encontrar poco a poco,
que puedo vivir en la noche más negra y sin embargo,
distingir los matices de tus ojos apagados por el llanto,
disfrutar de los recuerdos de los años olvidados,
y cantar en silencio las angustias resignadas.

Dormir...
No para siempre,

II

El frío de la tristeza me congela,
el aislarme con sonidos huecos,
solo me conecta al pasado que un día disfruté,
solo son sombras,
era algo que ya no existía,
fantasmas del ayer que un día fueron alegría,
pero hoy son bufónes que se burlan de mí.

Mi realidad se desmorona,
el temblor el tiempo,
destruye los edificios cimentados en ilusiones,
en espejismos,
me encuentro en un desierto inexistente,
y no quiero encontrar un oasís seco.



Duda filmica:

¿Es necesario que el mundo de una vuelta,
para mover a dos personas que se deben encontrar?



Hace casi un año...
Esto fue escrito el 27 de marzo de 2003.

El corazón perdido en la obscuridad,
gritaba...
Quería escapar de su prisión
angosta y despiadada.

Y descubrío un día que la prisión obscura
tenía matíces infinitos,
de colores, de aromas, de texturas...

Se enamoró entonces de su prisión,
y contempló por vez primera
que la belleza de su prisión en realidad libertad era.
La carretera se abrió,
las manos se soltaron,
pero antes, se hirieron,
para dificultar los caminos nuevos.
No hay perdón...
El aire y la tierra cicatrizan mis heridas,
no te arrastres más,
ahora puedes andar.

viernes, enero 09, 2004

Las condiciones actuales no te permiten darte cuenta del peligro en que te encontraste la noche de San Juan
del año 2003, estuviste a punto de ser devorado por el fuego de ese mítico día, pero todo termino, y la calma
ahora es desesperante, la soledad disfrazada te abruma, y el mundo en el que te mueves es como una pecera
para un tiburón hambriento, debe salir, pero romper la pecera conlleva el riesgo de morir, o la posibilidad de
aprender a respirar fuera del agua que te daba la vida...
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